El otro día, en vez de buscar una vivencia como de costumbre, la vivencia me encontró a mi, y esque mientras yo estaba esperando el autobús llegó una señora de unos 70 años, y se sentó a mi lado, me preguntó si si autobús habia pasado y a raíz de eso se inició una de las conversaciones mas enriquecedoras que he tenido en mucho tiempo.
Esta señora comenzó a hablarme de sus preocupaciones, de su perspectiva social desde su edad, de su miedo a que sus nietos no puedan ir tranquilos por la calle por la oleada de vandalismo de la que se está horrorizando, de la violencia de género. Ella era una señora tradicional, pero de mente muy abrierta y feminista, a favor de los homosexuales, y preocupada por el paro y la política española.
Lo que quiero decir con esta breve pero intensa vivencia es que la gente mayor necesita ser escuchada, necesita sentirse segura despues de una vida de esfuerzo, y que aunque un porcentaje muy alto de la población anciana sea muy tradicional, tambien existe otro gran colectivo que piensa de una manera diferente. Como animadores debemos informarnos de las necesidades y carencias de todos los colectivos, y en este caso la tercera edad, la cual en algunos casos es tan abierta de poder tener una conversación con un desconocido en una marquesina durante 15 minutos, como si os conocieseis de toda la vida, debemos aprender de todo lo que nos ocurra.
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